Saltar al contenido

El Parque de El Retiro, cerrado. Candados en Madrid

#Madrid #ElRetiro #ElRetiroCerrado #CandadoscontralaLibertad
El parque de El Retiro cerrado.
Necesito respirar, correr, andar… Contemplar ese amanecer entre las nieblas; disfrutar de esos atardeceres interminables del Cielo de Madrid. Quiero ver mis flores y en La Rosaleda oler el embrujador perfume de infinidad de rosas multicolores. Sentarme en mi banco favorito y soñar, leer, descansar. Amo la naturaleza, mi querido parque solitario, mis senderos, esas fuentes relajantes y románticas… Necesito hablar con mis estatuas, me esperan; quiero escuchar los cantos mágicos de miles de aves vigilando mis pasos… ¿Por qué me lo cierran? ¿Dónde respiro? Humos y más humos; ruidos y más ruidos… Hay otras formas de amar a la naturaleza y a la ciudadanía en Madrid.😥☹️😦🌷🌲🌳🌺🥀🍁. Seguridad sí pero…no pongas candados a mi salud y libertad.parque-retiro-cerrado (1)retiro

Navidad para los Niños de la Plaza de Dalí en Madrid

20151129_153738

Navidad para los Niños de la Plaza de Dalí en Madrid

Los niños de la Plaza de Dalí están huérfanos y tristes. ¿Por qué? En estos días de Navidad la Plaza era un hervidero de ilusiones y fantasías  para nuestras niñas y niños con la magia de las luces parpadeantes  y ver a sus personajes  de hadas y cuentos moviéndose a su antojo por entre toboganes, trenes, caballitos, coches…  Globos de colores, villancicos de la abuela, magia envolvente que se veía reflejada en  la expresión de sus ojos de sorpresa y las sonrisas enormes de sus caras bonitas. A pesar del frío, la espera, los empujones, la masificación… valía la pena y muy pocos lloraban o se enfadaban. Las madres y padres  parecían estar contentos y satisfechos  a pesar del esfuerzo, la paciencia y las inclemencias del tiempo.

Este año se truncó la felicidad. Adiós a la inocencia y a la libertad de ilusiones y sensaciones infantiles. Como oferta, un búnker hermético, agobiante, poco estético, aséptico y para nada atractivo. Tienes que entrar, cuando te toque y haya función,  en el túnel de los “mayores” que van a tratar de divertirte y sacarte un grito o una sonrisa teledirigida contándote cuentos y aventuras de otros tiempos, de otra época aunque sean para niños. El personaje que te recibe a la puerta no tiene cara de muchos amigos. A la salida desolación, soledad. No hay luces multicolores ni canciones para niños. Ni una sola ovejita o un castillo. Ni un Belén con niños… Solo frío, noche desapacible, personas mayores que van y vienen ajenos por completo a lo que pasa dentro de las mentes expectantes de unos niños que no saben a dónde ir ni qué hacer. Y sus padres o familiares, abuelos incluidos… utilizando todas las estrategias posibles para aguantar el chaparrón y estar a la altura de inventiva, o tararear alguna canción de Navidad y cautivar a los pequeños que esperan todo.

Esta Navidad a las niñas y niños de la Plaza de Dalí los han quitado parte de sus sueños y están huérfanos del Espíritu de la Navidad.  Reivindico sus derechos a divertirse, disfrutar y sonreír.  Estoy a favor de sus ilusiones y fantasías. No creo que sea por cuestiones económicas. No marchiten la ilusión y esperanza de unos seres humanos que están empezando a vivir dentro de la gran urbe que impersonaliza todo. Esto no hace daño;  al contrario, les ayuda a volar, bailar, cantar, saltar, soñar en estos Días de Navidad.

Vitaliano de la Cruz

Avd. Felipe II, Plaza de Dalí, Madrid

Navidad 2015

navidadvita2015 -1

Navidad

Feliz Navidad y todo lo mejor para el Año Nuevo.

Seguro que encajas en alguno de los versos de mis poemas dedicados a estas fiestas entrañables, los sientes y compartes con tus seres queridos.

Que no te falte una sonrisa, cariño, un beso, un fuerte abrazo en estos Días de Navidad.

Vitaliano

cach3 - 1

Peces con la boca roja y la boca negra – Cuento de Vitaliano de la Cruz

Peces con la boca roja y la boca negra
pecesportada
Hoy la mar está tranquila, en calma. El agua pura, cristalina, transparente, me mece placenteramente haciéndome relajar y echar a un lado los inevitables problemas cotidianos que se disipan en un instante con el ir y venir de las lentas olas, casi imperceptibles por la tranquilidad y el remanso marino. Estoy boca arriba, con los ojos cerrados pero mirando al cielo. Me gusta sentir la suave brisa en mi frente, me anima, es reconstituyente. De ese modo, pensando sin pensar, dejando pasar el tiempo, disfrutando del momento, me pongo boca abajo y abro los ojos para contemplar el fondo del mar y la transparencia del agua burbujeante formando múltiples figuras que parecen como estrellas refulgentes en un multicolor caleidoscopio de partículas en suspensión, envolvente y embriagador. Casi nunca veo pececillos juguetones porque me quedo cerca de la orilla por seguridad y por miedo, ¡que lo vamos a hacer! Esta vez me pongo a mirar detenidamente y contemplo un revuelo inusual debajo de mí. Era un bando de peces bastante numeroso, osados, no muy grandes pero muy unidos, casi pegados, nadando en círculo, muy determinados a entablar conversación y rozarse conmigo. Lo noté al instante porque no estaban temerosos; al contrario, buscaban mi confianza, acariciaban con sus pequeñas aletas mis manos y pies haciendo filigranas por todo mi cuerpo. Me hacían cosquillas y me daban pequeños bocaditos agradables. Seguí su juego ingenuo e intentaba cogerlos pero se resbalaban suavemente por entre mis dedos. Eran muchos y me invadían por todas partes, nunca tuve miedo. Seguimos jugueteando al ritmo del mar y el cielo, sorprendido por la inesperada compañía de mis amigos los peces.
De repente algo extraño turbó mi sosiego. Veo cómo del fondo reposado del lecho marino emergen cuatro peces un poco más grandes y vienen directos hacia mi cara, frente a frente; era obvio que querían que los contemplase, que me percatara bien a las claras de su circunstancia que había pasado desapercibida para mí hasta ese momento. Con esos ojos saltones, desorbitados, y su movimiento nervioso, atrajeron mi mirada a sus bocas y me asusté al verlos. Dos tenían la boca de color rojo y los otros dos de color negro. Permanecimos así durante unos minutos tensos, en silencio, mirándonos fijamente, sin hacer ningún movimiento.
Decidí entablar conversación con ellos.
– ¿Qué os pasa? ¿Por qué tenéis las bocas de esos colores?
Ellos continuaban mirándome sin inmutarse aunque fue cambiándoles el semblante y sus ojos parecían como tristes y serios. “Será mi imaginación”, pensé para mí. “Déjate de cuentos, mira que ponerte a hablar con los peces…”
No cambié la vista, me intrigaba mucho esa conversación no verbal pero con mucho sentimiento que existía entre nosotros. De pronto oigo la voz de uno de ellos, uno de la boca roja.
– Nosotros también estamos sorprendidos de que nuestras bocas se hayan vuelto negras y rojas.
– Será por algún alga o hierbas marinas que hayáis comido, recalqué yo.
– No, no puede ser eso pues siempre nos hemos alimentado del mismo modo y nunca ha pasado esto.
– ¿De dónde venís pues es la primera vez que os veo por aquí?
– No venimos de muy lejos, aunque el mar Mediterráneo es inmenso, las corrientes nos llevan y traen de una costa a otra en poco tiempo y además somos muy veloces y estamos en plena forma.
– Pues no me lo explico. ¿Qué puede haber sucedido?
– Algo horrible, comentó veloz, el pez de la boca negra.
– Hace unos días, estábamos haciendo nuestro recorrido habitual, dando bandazos, disfrutando de nuestro hábitat y el mar eterno, cuando nos vimos envueltos en un enorme remolino de cuerpos extraños, medio desnudos, amontonados; no eran como nosotros, apenas podían sostenerse en el agua, ni agitar las manos y los pies, eran muy torpes, seguro que estaban fatigados y desfallecidos. Nos vimos invadidos y no sabíamos para dónde tirar. Entretejimos como una bolsa gigantesca y resistente con nuestras delicadas pieles y cuerpos e intentamos retener su peso para que no se hundieran y pudieran flotar. Así pasamos horas y horas, exhaustos, al límite de nuestras fuerzas; con nuestras bocas empujábamos todos a una para sacarlos a la superficie. Mordíamos ansiosos para reanimarlos, apretábamos las colas, emitíamos desesperados gritos de socorro y ayuda. Finalmente caímos rendidos. Todo nuestro esfuerzo había sido en balde pues la mayor parte de los cuerpos sin vida se desplomaron al profundo abismo, escoltados por un numeroso grupo de peces alevines cuyo lamento se podía oír hasta en el infinito; otros flotaban inertes al compás de las caprichosas olas y unos pocos fueron rescatados con unas peligrosas redes y otros artilugios raros y desconocidos. Una vez finalizada la gran tragedia, nuestro bando desapareció de aquel lugar maldito entre amasijos de cuerpos negros desgarrados, niños, grandes, mujeres, chicos, el azul del mar teñido de una gran mancha de rojo sangre y un olor a putrefacción, miseria, desesperación y olvido.
– Fuisteis muy valientes y solidarios, comenté.
– Era nuestro deber a pesar de que fuesen unos intrusos e invadieran nuestro entorno natural. Seguro que ese no era el suyo, porque no pudieron defenderse y sobrevivir, murieron atrapados, hacinados, gritando extenuados al cielo, sin agua ni alimentos, abandonados de su buena estrella…
– ¿Comprendes ahora el color de nuestras bocas?, preguntó el otro pez con la boca roja.
– No del todo, pero lo intuyo.
– Tienes razón. Fue tanto nuestro esfuerzo por intentar salvarlos que nuestras bocas quedaron impregnadas de su color para siempre; unos con el color negro de su piel y otros con el color rojo de su sangre. Estamos orgullosos de ello y ese estigma nunca desaparecerá de nuestra especie.
– ¿Te podemos pedir un deseo? Se anticipó a pedírmelo el otro pez con la boca negra.
– Por supuesto, respondí.
– Nadábamos desesperados por nuestro querido mar, lamentándonos, inquietos, tristes, rendidos… Cuando te divisamos en la distancia, nos percatamos de que nos podías escuchar y de paso transmitir al mundo de los humanos nuestra frustración y nuestro grito de justicia y libertad. Nos diste confianza y nos acercamos a contarte nuestro secreto a voces. Hay que parar el tráfico de seres humanos en esos barcos y balsas sin retorno, vidas sin poder vivir, que no mueran y se ahoguen más en nuestro mar. Igual que aquí en nuestra balsa mediterránea hay un sitio para todos, también en vuestra tierra habrá un lugar digno para ellos. No nos gustaría tener las bocas rojas o negras, pero siempre estaremos dispuestos a ayudar y salvar a todos los que atraviesan el Mar de la Esperanza.
Me di la vuelta y me puse boca arriba. Aparecieron unas nubes espontáneas, lechosas, apenas perceptibles que me protegían del penetrante sol de mediodía. Miré hacia el cielo y no pude dejar de llorar y rezar durante mucho tiempo.
10959805_10153154148093479_7745963512065324098_n
En memoria de todos esos seres anónimos con sus sueños rotos, que desaparecen diariamente en el Mar de la Muerte, Mar de los desamparados, Mar de la Nada.
Vitaliano de la Cruz

La mano de Casillas

#CasillasForever!

Vitaliano de la Cruz

La mano de Casillas

Esa mano fuerte, tensa, intuitiva, certera que tantas veces ha desviado el balón de una forma inverosímil, ese esférico malintencionado, resbaladizo que se quiere colar en la portería y lo aleja por un centímetro, como un suspiro… en esta ocasión fue frágil, como de cristal, indefensa y se rompió en pedazos, inesperadamente, entre un bosque de piernas acaloradas, nervudas, violentas que se tropiezan, enganchan cuando están al límite, en uno de esos revuelos en el área, despistado, nervioso, aturdido… la mano flota en el aire y queda  gravemente violentada y herida entre gritos, dolores y gestos muy expresivos de resignación… “me han partido”.

Se notaba frialdad y tensión en los rostros de contrarios, árbitro y compañeros de equipo. Imágenes hieráticas  a través de la televisión, ni una palmada, ni un cerco de compañeros, amigos… No se puede parar el tiempo ni se escuchó un “vamos que…

Ver la entrada original 411 palabras más

Xavi, El Gran Capitán

xavi1xavi5

Este es mi humilde y sincero homenaje a Xavi Hernández, jugador del FC Barcelona por todo lo que ha significado para el deporte nacional e internacional en su dilatada trayectoria como futbolista plagada de grandes éxitos deportivos y ejemplo permanente de buena persona tanto en el terreno de juego como  fuera de él. Sabio, inteligente, compañero, solidario, juego limpio, respeto, ambición, reservado, disciplinado, líder, responsable, hogareño… estas son unas pocas palabras entre otras muchas más que le avalan, para definir generosamente a todo un caballero del barcelonismo, del saber estar y del deporte mundial. ¡Honor y gloria por siempre al Gran Capitán, Xavi Hernández!

Aquí está la carta completa que escribí en mi novela “Cartas de amor a mi madre” con  Xavi y los éxitos de su club y afición como inspiración. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

xavi3

cartas de amor 1

Xavi

De mi novela «Cartas de amor a mi madre» Vitaliano de la Cruz

Otra celebración más, un nuevo campeonato de liga, ¡qué buenos somos! Son imparables, ese Xavi… está para comérselo. ¡Visca el Barça!

Me tocaría nacer finalizando el invierno cuando los días ya son más largos y podemos disfrutar de momentos de playa y sol estupendos en nuestra Barceloneta tranquila y cálida;  los  paseos por las Ramblas, bajo los árboles con sus hojas tiernas, incipientes junto con esa brisa agradable proveniente del mar y mezclándote entre las gentes de distintas nacionalidades, razas y culturas, son muy reconfortantes. ¡Qué agradable es pasear por Barcelona!

¡Somos los mejores! ¡Vaya forma de jugar, arrasamos! Son magníficos… ese Guardiola, Messi, bueno, todos… Ningún equipo puede con nosotros a ver si culminamos la temporada con otra Copa de Europa más, aunque es difícil repetir con los equipos tan competitivos que hay por toda Europa, pero podemos con todos. ¡Campeones, campeones…! Se me están olvidando las veces que hemos ido a las Ramblas a celebrar nuestros éxitos… Soy una forofa acérrima, me encanta el fútbol y sobre todo el Barça que es más que un club, el mejor equipo del mundo. ¡Qué grande!

Nada más acabar el partido después de ganar el título correspondiente al instante y de una forma espontánea nos mandamos SMS y allí aparecemos todos ataviados con nuestras bufandas blaugrana, las camisetas con el valioso escudo tantas veces besado y querido, la mía es la de Xavi, me encanta ese jugador, es un cerebro y tan buena persona… Es un amor.

Trompetas, tambores, canciones, banderas, no falta de nada y sobre todo la ilusión que tenemos por nuestros colores, nos abrazamos, gritamos, lloramos de alegría y satisfacción: otro objetivo conseguido, otra meta alcanzada, no nos para nadie, vamos a ser los mejores, lo somos, ¡Barça, Barça, Baaar…ça!

No te puedes imaginar lo cansada que estoy, apenas me tengo de pie. Abrázame que me caigo. Me mareo. Anda,  Toma otro trago, vozka con naranja ya verás que bien te sienta, vamos bebe, toma, bebe, bebe…

Como pudieron y con más dificultades de las previstas, me arrastraron hasta mi casa a altas horas de la noche. La luna rielaba en la lontananza sobre las aguas en reposo y la silueta del puerto de Barcelona con sus gigantescos edificios ultramodernos relucía enigmática durante el lento amanecer ante un mar tranquilo y plateado.

El mar no habla, se calla sigiloso, oculta lo que pasó, se calma, reposa, no quiere ser cómplice de las acciones humanas, a veces turbias y malsanas… Si solo estábamos celebrando el triunfo del Barça, ¿por qué tuvieron que romper tu hogar, Princesa de Canaletas? Sencilla, inocente, apasionada mujer de ideales justos, altos, fuerte, reina de la alegría, adorable pequeña perla de aguas claras…

Pasó la euforia y llegó la cruda realidad. “Eso es lo que hay cariño, sí, lo estás”, le dice su ginecólogo.

  • ¿Y no recuerdas quién fue? ¿Fue tu novio Jordi? Piénsalo, haz memoria, no me digas, pequeña…
  • No sé, perdí el control. No recuerdo absolutamente nada, ¿qué hacemos?

Quiero hablar con mi madre, dije.

  • Vale, os dejo a solas, llamadme luego.

… … …

  • Mamá, ¿por qué me ha tenido que tocar a mí? Con todos los proyectos que tenía con Jordi, ahora me repudiará y además no estamos preparados para tener un hijo.
  • Hija, cuenta conmigo, yo te lo cuido. Por mí estoy encantada y lo haría gustosamente.
  • Deja, mamá. Es mi decisión, es mi hijo, mi tesoro pero ahora no lo quiero. No puedo, me destroza la vida, me siento incapaz, no estoy preparada.
  • Lo que tú digas hacemos…

El doctor hizo el resto. Al salir de la consulta había una leve brisa que acariciaba su frente sudorosa y sus ojos llorosos manaban lágrimas de un fracaso consumado. Hasta las  desafiantes torres de la Sagrada Familia se retorcían de dolor al pasar ella en dirección a ninguna parte por la calle desierta de los sueños.

xavi2

Querida mamá:

Te escribo en la cima de mi carrera profesional. Soy un portento, sí, soy Xavi, de la sección de España, del Barcelona… Ahora todo son parabienes, felicitaciones, reconocimiento: es un jugador con mucho talento, humilde, trabajador… Soy el novio ideal que todas las madres quisieran para sus hijas… Soy guapo, todo el mundo habla de mis ojos, de mi expresión…Me ruborizo. Claro que me lo creo, pero con los pies en el suelo. Nadie me ha regalado nada, me lo he ganado a pulso, yo solo a base de mucho tesón y esfuerzo. De pequeño tenía un montón de complejos, que si no crecía, que si era muy enclenque. Fui haciéndome fuerte tanto física como mentalmente. Trabajé duro, muchas veces hasta le extenuación, nadie lo sabe. Desde un principio vieron talento y cualidades en mi forma de concebir el juego, me ponían de organizador, nunca de capitán, aunque de algún modo lo soy, pero prefiero mi parcela, ser responsable de mi zona, de dar mis pases a veces inverosímiles, precisos y preciosos, que son los que los aficionados aprecian a rabiar. Si te soy sincero, para mí son mucho más importantes los que doy rutinariamente a mis compañeros, los desmarques, el apoyo, me ofrezco a ellos y recurren a mí porque todos juntos vamos buscando un mismo objetivo, marcar el gol y ganar los partidos para ser campeones de nuestros proyectos. Soy muy respetuoso con los adversarios y a pesar de que casi siempre pierden los partidos, no pasa nada, me abrazan, me felicitan, me siento muy querido y feliz. No creas que lo exteriorizo mucho, en las fotos casi siempre aparezco serio, distante y muy concentrado. Prefiero disfrutarlo para mis adentros, con los míos, mi novia, mi equipo, entrenador, aficionados… ¡Quién iba a pensar en todos estos éxitos! Aquel renacuajo de pocas carnes, pero con mucho talento.

Claro que te recuerdo y te quiero mucho a pesar de que tengo que imaginarte, pero no me quedo corto. Te pongo como la madre más guapa del mundo: ojos de miel marrones claros y pelo ondulado moreno intenso; preciosa, fantástica.

Estoy seguro de que te encanta el fútbol y de que eres socia del Barça. ¡Cuántas celebraciones por las Ramblas, Canaletas, Plaza de Catalunya, Plaza de España!, ¿te acuerdas?  Madre forofa, siempre fiel a tus colores, ¡cuánto te echo de menos! Tuve y tengo momentos bajos como todo el mundo y te cuento un secreto. Guardo muy sigilosamente en mi mesita de noche una foto que me dieron unos aficionados. Había un grupo de jóvenes, chicos y chicas totalmente entregados, sonrisas abiertas, caras de satisfacción con los colores azulgranas. Hay una chica que la tengo redondeada con un marcador fosforito amarillo y verde, estoy seguro de que eres tú. Cuando estoy solo la pongo debajo de la almohada y lloro en silencio. Me surcan lágrimas de gratitud, de recuerdo porque me falta alguien que no tengo y necesito. Me faltas tú, mamá, princesa de la Barceloneta, tan bella, entusiasta y buena persona… Te lo digo con toda la sinceridad del mundo, mira que no me falta de nada, que estoy en la cumbre y con los mayores éxitos jamás conseguidos, pero lo cambiaría todo por poder darte un beso y abrazarte, recostarme en tu regazo y sentir tus caricias y besos de madre.

Mamá, te quiero mucho.

Un gran besote, ¡campeona!

Xavi.

xavi4

Iribar: Impresiones de un encuentro soñado

Iribar: Impresiones de un encuentro soñado.

 La Catedral de los sueños

Sábado por la mañana, apenas  había pasajeros en el metro. Tuve suerte y el convoy llegó sin tardanza,  no me llevó mucho tiempo arribar a la estación de destino, Herrera Oria, a pesar de estar un poco distante del centro de Madrid. Un corto paseo y me presenté delante del Hotel Mirasierra Sheraton lugar de concentración del Athletic de Bilbao que esa tarde se enfrentaba al Atlético de Madrid. Ya había concertado la entrevista con Iribar previamente, a través de Xabier  (jefe de prensa  generoso  y eficiente del Athletic), que con amabilidad me dijo que a las once de la mañana  me recibiría. Como llegué ´demasiado temprano, estuve paseando durante unos minutos por las calles adyacentes al hotel mientras pensaba ilusionado y tranquilo en ese momento tan emocionante para mí; iba a conocer personalmente a mi ídolo futbolístico de toda la vida: Iribar.

10001288_10152017166923479_1409174955_n

Con una puntualidad anglosajona, sobrio, erguido y sereno, José Ángel apareció en el vestíbulo central del hotel y al instante nuestras miradas se cruzaron con interés y nos identificamos mutuamente.  Intercambiamos saludos protocolarios de presentación, de sorpresa, de desconocimiento pero rápidamente entramos de lleno en la magia de la conversación y diálogo entre personas que tienen un lenguaje común. Le expliqué el motivo e interés de mi cita. Desafortunadamente, no sabía nada en absoluto, de la existencia de mi novela y lo que  había significado en mi vida deportiva  en la persecución de mi sueño tratando de emularlo y convertirme en portero de fútbol como él. Mostró interés y curiosidad desde el principio y seguía atentamente mis comentarios y explicaciones. Intercambiamos impresiones, pareceres, puntos de vista…  Parecía como si nos conociéramos de toda la vida, hablando de lo nuestro, de nuestra área, del puesto de guardameta. “Los porteros somos especiales”, recalcó con un sincero reconocimiento y ahí nos entretuvimos comentando la gran responsabilidad que impone la portería tanto en el plano personal como del equipo.  Poco a poco le fui contando escuetamente cómo fue creciendo en mí ese sueño, la ilusión de parecerme a Iribar, mi ídolo de la infancia y le comenté, como narro en la novela, el momento sublime de actuar bajo los tres palos en San Mamés, La Catedral. Le insistí en que lo leyera, que no le iba a dejar indiferente. Noté que se emocionaba y estoy seguro que le vinieron a la mente muchos momentos gloriosos y un recuerdo imborrable de lo que fue, “El Chopo”, el mítico gran Iribar. Continuamos charlando de una forma distendida sobre el nuevo San Mamés, de las nuevas generaciones de jugadores, de Lezama donde han instalado, muy bien por cierto, el inolvidable arco, para mí el ojo mágico de una diosa ancestral… “Llevo aquí 52 años, esto es como mi casa”, se sinceró. Hubo un silencio cómplice de aprobación y compañerismo y rápidamente pasamos a posar en una fotografía para la historia con Iraola, jugador del Athletic, como autor y testigo.

Otro sueño hecho realidad. Estar al lado de la persona que había influido tanto en mi vida, mi espejo y referencia, había colmado mi gran ilusión. Me sentí feliz y agradecido y creo que para Iribar también significó un soplo fresco de brisa juvenil y aroma añejo de grandes gestas y recuerdos. Fue como volver a respirar el olor penetrante de aquella hierba recién cortada del césped de San Mamés que amortiguaba suavemente nuestras caídas después de volar por el cielo mágico e infinito de La Catedral de nuestros sueños. Memorable encuentro. Muchas gracias. J. A. Iribar.

Imagen

Himno del Club Deportivo Lugo SAD – Autor: Vitaliano de la Cruz

es1

Todo lo que me inspiró para componer el Himno al CD Lugo

En primer lugar, la música celta con las gaitas, sonidos y estilos característicos de la idiosincrasia e identidad gallega: muñeira, pandeirada, canciones marineras, corales…

Luego me centré en la ciudad de Lugo, destacando algunos de sus emblemas imperecederos como son la muralla romana y el río Miño. Fuerza y fortaleza y fuente de energía y vida. Me traslado a la época romana de Lucus Augusti con miles de ciudadanos lucenses acudiendo al circo ancestral para ver vencer a sus guerreros, disfrutar del espectáculo y vitorear a sus gladiadores de la eternidad. El pueblo unido, entusiasmado, contemplando el triunfo de su equipo.

Papel fundamental el de los jugadores a los que llamo guerreros y gladiadores dispuestos a luchar y defender con garra y fuerza hasta el final sus colores y a su equipo, protegidos siempre por esa muralla firme e inexpugnable para conseguir la victoria. Pasión, entrega, dedicación, sentimiento y amor a sus colores rojiblancos.

Finalmente, la afición es imprescindible en un equipo de fútbol y sin su ánimo, colaboración y empuje, pocos éxitos se pueden lograr. Así que, me centré en toda la afición, en el estribillo del himno, para que canten y animen a su equipo hasta la extenuación. Primero, reafirmándose de que son del CD Lugo, insuflando fuerza, entusiasmo y energía positiva y utilizando todas las armas cantoras e instrumentos permitidos para llevar a su equipo en volandas hasta la consecución de la victoria. Peñas, palmas, bufandas, percusión, voces altas, bajas, coros…  gritos de esperanza, ilusión, alegría, gozo por ver ganar a su “Luguiño” querido en o Anxo Carro de sus amores.

Estos fueron los ingredientes que me inspiraron para componer esta suculenta tarta rojiblanca repleta de sabores y sensaciones deliciosas, llena de sorpresas agradables y de satisfacción por ver a un club,  a sus jugadores, técnicos y afición siempre unidos y cantando felices y alegres por una maravillosa causa común: El éxito del Club Deportivo Lugo.

Vitaliano de la Cruz

 

Imagen

                                   Letra del Himno al Club Deportivo Lugo

                                                          » Son do Lugo «

Conta a lenda que un bo día

Viron ondear na cidade

Brancas e vermellas as bandeiras

Inundando o circo ancestral.

A muralla protexía os seus guerreiros

Prestos a loitar ata o final

Defendendo a unha as súas cores,

Vermello e branco, azul triunfal.

Lugo, Lugo, Lugo, e… a…

Son do Lugo, non o nego

¡Pon a túa man, compañeiro!

A bufanda na túa fronte

¡esas palmas e o pandeiro!

¡E imos gañar, si!

¡E imos triunfar, si!

¡E imos cantar!

Lugo, Lugo, Lugo, e – Lugo, Lugo, Lugo, a

Lugo, Lugo, Lugo e, oe, oe, oe, oa.

Orgullosos portan o noso escudo

Gladiadores da eternidade.

Río Miño das fontes da vida

Sáciaos de forza natural.

Son lucense alegre e decidido

A miña paixón e soño é ver gañar

Ao meu Lugo eterno e querido

           O Anxo Carro é o noso lar.              

(Letra y música Vitaliano de la Cruz)

vi Tuve el honor de defender los colores rojiblancos durante dos temporadas 76-77 y 77-78 cuando ascendimos por primera vez a 2ªB. Soy Vita, el portero.

Los errores de Iker Casillas

Un gran artículo.

El Ónfalos

Diego Costa erró en siete ocasiones ante Luxemburgo -¡Qué gran rival!- y nadie se rasgó las vestiduras.

Ver la entrada original 420 palabras más

Entrevista de Paco Rivera a Vitaliano de la Cruz en la presentación de «La Catedral de los sueños» Lugo, 20 de mayo 2014

 

lucrec

 

Imagen

Con motivo de la Presentación de mi novela «La Catedral de los sueños» en Lugo, Paco Rivera me hizo esta entrevista para la Revista del Periódico lucense El Progreso donde tiene una sección titulada «Cena y copa con… Vitaliano de la Cruz». Se publicó el sábado día 7 de junio de 2014. Ha sido la entrevista más importante que me han hecho en toda mi vida. Muchas gracias a Paco Rivera, veterano, profesional, único e irrepetible periodista de Lugo por su consideración y aprecio.

Preguntas, respuestas y algunas anécdotas.

 1) Datos personales: nombre completo, lugar de nacimiento, edad, profesión, estudios, familia…

Vitaliano de la Cruz Arnaiz. Nací en Espinosa de Cerrato (Palencia) el 3 de julio de 1952.

Soy profesor de Inglés en Secundaria en el Colegio Maristas-Chamberí, Madrid. Llevo 32 años dedicado a mi actividad docente. Estudié Filología Inglesa en el Colegio Universitario de Lugo 1º, La Universidad de Santiago de Compostela 2º y terminé en la Universidad Complutense de Madrid, 3º, 4º y 5º. Procedo de una familia labriega numerosa, con mis padres que tuvieron una hija, la mayor, y cuatro hijos (yo soy el penúltimo)  de la Castilla  profunda.  Mis primeros estudios los hice en la escuela del pueblo y después en el Colegio San Agustín, Padres Agustinos, de Palencia.

2)  Cuando eras pequeño, ¿qué querías ser de mayor?

De pequeño, como casi todos los niños de nuestra época queríamos ser toreros y futbolistas. A mí me gustaba ser portero de fútbol y cuando jugábamos en la escuela o las eras del pueblo siempre ocupaba esa posición que había aprendido viendo los partidos del Real Madrid, Barcelona CF en las competiciones Europeas y la Selección Española en la única televisión en blanco y negro que había en el pueblo. Siempre tenía un balón en las manos y jugaba con los demás niños a parar; me gustaba mucho lanzarme y atraparlo, saltar, volar… ya desde entonces tenía un sueño y quería emular a mis ídolos de la portería, Iribar sobre todo, quería ser como ellos.

3)  En principio ibas para cura. ¿Por qué lo dejaste?   

En esos años de escasez, miseria e ignorancia tuve la gran suerte de que mis padres me enviaran por mediación del Padre Nicolás Castellanos, luego Obispo de Palencia y Premio Príncipe de Asturias, a los P.P. Agustinos  de Palencia a estudiar. Creo que casi toda la gente de mi generación pasamos por estos centros educativos, los famosos internados,  donde tuvimos la fortuna de poder prepararnos y aprender para el día de mañana. No cabe duda de que te preparaban y educaban  para la vida pero sobre todo para que fueras sacerdote agustino. A mí me gustaba en un principio, pero luego me fui dando cuenta que no tenía verdadera vocación  y que me atraía más la portería.  Llegó un momento que no pude continuar y abandoné el convento de La Vid con la intención de perseguir mi sueño y luchar por ser portero de fútbol. Esa ilusión me salvó de muchos malos momentos e incertidumbres ante mi futuro.

4) ¿Cuáles fueron tus inicios en el fútbol? La Catedral de los sueños

Mis inicios infantiles fueron en el pueblo correteando detrás de un balón, saltando entre las junqueras del prado con la compañía de las ranas y mariposas multicolores, emulando a mis porteros favoritos. Después ya, cuando estaba en el colegio. Pronto comencé a jugar en los equipos infantiles y juveniles del colegio defendiendo la portería e iba haciendo mis progresos, destacaba y mis compañeros decían que era bueno. Poco a poco se estaba fraguando mi idea de ser portero de fútbol y triunfar en ese intento.

5) ¿A dónde pensabas que podías llegar?

Yo ansiaba llegar a lo más alto. Ser un portero famoso. Jugando con los juveniles del Palencia CF me daba cuenta de que me gustaba ese mundo del fútbol; entrenar, participar en las competiciones, ganar partidos; también, adquirir responsabilidad, defender tu portería, hacer un gran partido. Tenía muchas ilusiones y sueños. Siempre fui un gran soñador. Ese era mi refugio y con el fútbol me evadía de los malos momentos y situaciones desagradables que ocurrían en la vida cotidiana: estudios, compañías, vocación, desilusiones… De todos modos siempre tuve presente los sabios consejos de mis directores espirituales y amigos cercanos que me decían que pisara el suelo, que era muy difícil triunfar, llegar arriba pero yo lo intentaba con todas mis fuerzas.

6)  ¿Sabías desde el principio que además de fútbol tendrías que hacer otra cosa de cara a un futuro a más largo plazo?

Sí, lo tuve muy presente durante esos años juveniles. No se me daban mal los estudios y jugar al fútbol me motivaba muchísimo para la concentración a la hora de preparar y estudiar las asignaturas. Era disciplinado y veía reflejado en los estudios mi aprendizaje debajo de la portería. Reflejos, trabajo duro y decisión. Por eso estudié una carrera, Filología Inglesa y proyecté en mis alumnos mi vocación por la enseñanza y ayudar a los demás.

7)  Ahora hay agentes, representantes… ¿Cómo os “trabajabais” antes a los equipos?

Nunca tuve un representante. En esos años, creo yo,  casi todos éramos nuestros propios representantes. Confiábamos en nuestra ilusión y valía a la hora de fichar por los equipos. Lo normal es que te hicieran una prueba, si recalabas en un club nuevo, y si la superabas, fichabas en ese club. Eso al principio, después ya iban siguiendo tus actuaciones, había «ojeadores» y daban el informe a los equipos. En mi caso, yo solo me las apañé para ir pasando por un equipo y otro hasta que me retiré. Debo de reconocer y siempre le estaré muy agradecido a mi entrenador José Luis Viesca que me fichó en el Club Lemos, CD Lugo y Pontevedra CF, los tres equipos gallegos. Esa fue mi gran suerte, confió en mí y yo le respondí con lo que mejor sabía: trabajar duro, valiente y decidido para defender la portería de nuestros equipos.

8) ¿Recuerdas cual fue tu primer sueldo en el fútbol?

No lo recuerdo muy bien. En los primeros equipos en Regional Preferente (Tercera División de ahora) eran primas y te pagaban la pensión. Con ese dinero ya tenías para vivir y pasar el mes. Yo nunca pedí nada de dinero a mis padres desde los 19 años más o menos que ya me dediqué a jugar al fútbol medio profesional. Sé que cuando fiché en el Club Lemos  tenía un sueldo mensual, aparte de las primas y abrí mi primera cuenta bancaria en el BBVA de Monforte. Viví del fútbol y ahorré algo de dinero para cuando me retirara.

9) ¿Cómo llegaste al Lugo?vi

Llegué a Lugo procedente de Monforte. Defendí los colores del Club Lemos durante tres temporadas en 3ª División y en la última, aunque en conjunto no fue  buena y no nos libramos del descenso, en el plano personal estuve bastante acertado y el CD Lugo se fijó en mí y me contrataron para la temporada siguiente.

10) ¿Conocías la ciudad?

No, solamente había venido a jugar contra el CD Lugo en el viejo Ángel Carro pero no había visitado la ciudad ni la conocía. Sabía que era una ciudad antigua, la capital de la provincia, con una muralla romana enorme, poco más.

11) ¿Qué idea tenías de ella?

Según me iba mentalizando, pensaba que iba a una ciudad mayor que Monforte de Lemos, con otra proyección con más expectativas y oportunidades. Con eso no quiero decir que en Monforte estuviera a disgusto, al contrario, tuve un trato muy exquisito y me sentía como en casa, una ciudad acogedora y gente de buen trato y amable. Pero la capital imponía, con más habitantes, sede de todas las instituciones provinciales, más industria y un club de mayor categoría. La tenía idealizada, pensaba en las sensaciones que tendría al pasearme por su muralla, visitar la catedral, perderme por entre sus calles y convivir con sus gentes. Vine a Lugo con mucha ilusión y esperanzas.

12) Hazme un retrato de aquel Lugo de mediados de los 70

Básicamente tengo que asociarlo con el fútbol. Traté de integrarme lo más pronto posible en el engranaje del club y las exigencias del equipo. Vivía por y para el fútbol. Quería triunfar como fuera y tenía que demostrarlo. Lugo era una ciudad con tonos grises de piedra y pizarra, con lluvia, nieve, niebla y frío; una ciudad misteriosa y romántica para mí, por lo que me sentía muy a gusto paseando por las calles céntricas, visitando los edificios emblemáticos, parques y fuentes y rodeando la muralla, nunca estable, cómplice y confidente de todos mis sueños, pensamientos y emociones. Me gustaba el calor y ambiente acogedor  de los bares y cafeterías; la buena comida y su gente amable, sincera y abierta. Me agradaba sobremanera el tono «meloso» y musical del idioma gallego.

13)  ¿Cómo te fue aquí deportivamente?

05lugo

No me fue del todo mal. Al principio me costó mucho la adaptación, el cambio. Venía de un club más familiar, más pequeño y en el CD Lugo había que demostrar desde el primer instante tu valía. Hice todo lo que puede por estar a la altura y Viesca me dio oportunidades para comenzar a volar por mi cuenta y demostrar a toda la afición y a la directiva que habían hecho buen fichaje. De todos modos tenía que competir con otros dos porteros, dos grandes figuras del equipo lucense, Dosi y Moncho, por un puesto. En la portería solo puede jugar uno, así que hubo luces y sombras; no fui titular toda la temporada pero me dieron algún partido y no quedé descontento. De todas formas podía haberlo hecho mejor y demostrar más mi valía. Circunstancias de la vida. La segunda temporada fue distinta. Estaba más asentado, más integrado en el equipo y en la ciudad y se notaba. Entrenaba todavía con más ganas y fuerza por ganarme el puesto y ser titular. Me llegó la oportunidad al final de la temporada que nos estábamos jugando el ascenso y tuve la gran suerte de continuar siendo titular hasta que finalmente logramos el histórico ascenso a la Segunda División B.

14)  ¿Por qué te marchaste del Lugo?

Me fui muy apesadumbrado y triste de Lugo. Me tuve que marchar. Después de haber participado activamente en el éxito del ascenso del CD Lugo y con el regusto de haber probado las mieles del triunfo y el reconocimiento de mi valía por parte de todos los estamentos, sobre todo la afición, autoridades y medios de comunicación, me encontré ante la cruda realidad de que no contaban conmigo para la temporada siguiente. Otra trampa más en el camino que había que esquivar. Me afectó mucho, hay capítulos en mi novela donde lo describo. Cogí mi ligero equipaje y me fui, casi sin despedirme de Lugo, mi ciudad querida donde había sido muy feliz, camino de Pontevedra.

15) Aquí iniciaste tus estudios universitarios. ¿Qué influyó?

Así es. La primera temporada aquí coincidí con muy buenos compañeros de equipo. Uno de ellos, Luso, hermano de Tito, hablando un día de nuestras inquietudes y cosas me comentó que por qué no nos matriculábamos en COU nocturno, en el Instituto de Lugo. Yo, desde que abandoné el Convento, no había seguido con más estudios, no tuve la oportunidad ni ganas, tenía pánico a las matemáticas y así estuve bloqueado durante tres o cuatro años. Solamente había hecho unos cursos de Inglés en la Escuela Central de Idiomas. Pero Luso me dio mucha confianza y ánimos y nos apuntamos con unos resultados fabulosos ya que aprobamos los dos COU y la Selectividad en Santiago. En una de las entrevistas con Paco Rivera donde hablábamos de todo, además de fútbol, me sugirió la idea de hacer una carrera, le hice caso completamente y tuve la gran suerte de que hubiera Colegio Universitario en Lugo, creo que comenzaba ese curso, y me apunté a estudiar la carrera de Filología Inglesa. Estoy muy agradecido tanto a Luso como a Paco Rivera.

16)  Cuenta las vicisitudes para terminar los estudios. Los tiempos de Madrid y del uso de los ahorros.

El curso en Lugo salió bastante bien pero al no continuar en el CD Lugo la temporada siguiente, vi peligrar mis estudios ya que en Pontevedra no había universidad. Me matriculé en la Universidad de Santiago de Compostela y fue muy duro. Vivía en Pontevedra y después de los entrenamientos viajaba con dos compañeros que vivían en Santiago e iba a la Facultad por la tarde y luego vuelta a Pontevedra por la tarde-noche, en tren o auto stop para llegar antes a casa. ¡Qué tiempos aquellos! Algunos días no iba a clase pero me empapé de Santiago felizmente para siempre. Como es de suponer, los resultados no fueron muy satisfactorios. La temporada siguiente vine a Madrid y me junté en Tercer Curso con un montón de asignaturas, las nuevas y las que había dejado en Santiago. Me esforcé mucho y saqué el curso a trancas y barrancas. Los dos últimos cursos de mi carrera, que ya había abandonado el fútbol, me los costeé con ahorros del fútbol y pude terminar mi carrera en cinco años. Benditos ahorros ganados con mi profesión de futbolista, que me permitieron vivir dos años en Madrid dedicado a los estudios y comprar un piso.

17) ¿Te costó encontrar trabajo?

No, afortunadamente acabé la carrera en junio del 82 y en septiembre tuve la gran suerte de que me ficharan los Maristas de Chamberí. Me dijo el Hermano Director, tú de aquí no te marchas… y hasta hoy. Muy agradecido, confiaron en mí y yo creo que los he correspondido con todo lo mejor que he sido capaz de darles, sobre todo mi entrega, honradez y amor a los colores…

18)  ¿Seguiste vinculado al fútbol o al deporte?

Los primeros años sí, me involucré bastante. En el colegio sabían de mí, de que había sido portero de fútbol y yo también quería matar el gusanillo así que ayudé durante unos años al equipo de deportes entrenando porteros, equipos de fútbol sala y fútbol 11 y a otros deportes. Luego ya me cansaba mucho y me resultaba incompatible con las clases y tutoría por lo que me dediqué únicamente a mi actividad docente, aunque siguiera la leyenda curso tras curso hasta nuestros días.

19)  Habla de tus más de 30 años dedicado a la docencia.

En pocas palabras, pues te escribiría dos o tres novelas. Ser profesor/educador ha sido mi verdadera vocación. En la enseñanza y la educación de mis alumnos he volcado todo mi saber, cariño y conocimiento para poner mi granito de arena en su crecimiento personal tanto en el aprendizaje del idioma Inglés como, sobre todo, en ayudarlos a ser buenas personas y horados ciudadanos. He sido muy feliz rodeado de adolescentes, viviendo sus inquietudes, sus días y sus noches… bendita juventud necesitada simplemente de que estés a su lado un momento esperando tu consejo, una palabra, un gesto afirmativo. La enseñanza ha colmado todas mis aspiraciones y he disfrutado ejerciendo mi profesión y vocación con mis alumnas y alumnos.

20)  Habla de tu actividad como músico. Habla de los recitales de Lugo y de tus composiciones. También de los de la música de películas.

Componer canciones es otra de mis aficiones. Es un don innato que tengo que no sé de donde me viene. Siendo adolescente en el colegio ya componía canciones. Aprendí a tocar la guitarra y he de reconocer que sobre todo, en momentos difíciles de la vida, que todos los tenemos, la música, mis canciones, mi guitarra me han salvado, me han ayudado a seguir adelante, a luchar y superar cualquier contratiempo. El fútbol y la música han sido mis dos pilares secretos donde he fundamentado mi vida emocional y espiritual. Con lo nostálgica que es Galicia, en Lugo me encontraba como pez en el agua. Me inspiraba, componía canciones, estaba en mi mundo de los sueños. Todavía canto mis canciones compuestas en Lugo, después de casi 40 años, la vida es un soplo. Tuve la oportunidad de cantar en un recital benéfico con el Teatro Principal abarrotado y Amancio Prada como figura estelar. Me acompañaban dos componentes del grupo «O Carro» Chiruca y Antón Campelo. Inolvidables momentos. Tuve la fortuna de que eligieran una de mis canciones para una película y mira por donde, fue nominada a un Goya a la mejor canción. ¡Casi lo gano!

21) ¿Qué te movió a escribir el Libro?10001288_10152017166923479_1409174955_n

Dos acontecimientos ocurridos el año pasado. Casillas cayó en desgracia y fue relegado al banquillo y además se lesionó. Todo un triunfador, mi ídolo, una estrella mundial pasaba por malos momentos. San Mamés, La Catedral, estadio mítico del fútbol, era demolido sin remisión. ¿Qué pasó? Pues que se removieron en mi mente un sinfín de vivencias personales durante mi trayectoria como portero de fútbol; además, yo había jugado en La Catedral, donde jugaba mi ídolo, Iribar e iba a desaparecer… Estos dos motivos fueron los pretextos para comenzar a novelar mi propia historia como guardameta desde mi más tierna infancia persiguiendo un sueño y emular a mis ídolos para convertirme en cancerbero, hasta que lo conseguí.

22) ¿Qué puede ofrecer como ejemplo? 

Mi novela es un canto a los sueños y las ilusiones. Para mí son fundamentales en la vida. Tenemos que perseguir nuestros sueños, seguro que alguno se convierte en realidad. Mientras haya ilusión y sueños hay vida, hay ganas de vivir, crecer, superarte, intentar llegar a la cima. Te quedes donde te quedes, pero lo has intentado. En «La Catedral de los sueños» hay todo un manual de superación, de esfuerzo personal, de determinación por conseguir un objetivo. Disciplina, entrenamiento y trabajo en equipo para disfrutar de las mieles del triunfo, si llega el caso,  pero sobre todo, tener la gran satisfacción del trabajo bien hecho y el deber cumplido.

23)  Habla de los juguetes rotos en el deporte en general y particularmente en el fútbol. No hace falta que des nombres, pero sí sería interesante que te refirieses a casos concretos. La anécdota que me contabas de los veteranos del Real Madrid es muy interesante.

No he estado muy vinculado al mundo del fútbol pero es evidente que la fama y los ídolos de barro existen y han existido. De todos modos, es muy difícil que jóvenes futbolistas desbordados por las enormes cantidades de dinero puedan controlar sus reacciones a la hora de gastar, malgastar, presumir… dejarse llevar por el éxito. Son seres humanos y ahí considero que es fundamental estar bien aconsejados por gente experta, sobre todo, familiares y amigos y «no explotarlos». Preparando la presentación de mi novela aquí en Madrid, visité a los Veteranos del Real Madrid para que me acompañase alguno de mis ídolos que salen en la novela, al final vinieron dos porteros gallegos, Buyo y Agustín,  y hablando de todo un poco, pues salió a colación el motivo de la agenda que tienen tan apretada para jugar partidos amistosos, sobre todo en el extranjero y que no era fácil contar con ellos. El principal motivo es recaudar dinero para ayudar a familias de ex-futbolistas del Real Madrid que lo están pasando mal… Así que figúrate en otros equipos y categorías.

24) ¿Cómo está lo de los seguros de los deportistas para luego cobrar la jubilación?; ¿no podrían darse de alta como autónomos para tener un retiro digno?

No estoy muy al tanto. Creo que en la AFE están trabajando al respecto por los derechos de los futbolistas. De todos modos, creo que es el mismo futbolista el que tiene que saber administrarse, pensar que es una carrera corta y que se tiene que preparar para el día después. Puede seguir vinculado al mundo del fútbol o bien puede estudiar o tener la mente en otros proyectos de futuro estable. Está muy bien tener y disfrutar de la fama, pero todos sabemos que es efímera.

25) Siendo como eras, con tus virtudes y tus defectos, ¿qué hubieras hecho en el fútbol actual?

Hubiera mantenido mi ilusión y mi sueño de ser portero de fútbol. Habría aprovechado las oportunidades y los medios tan avanzados como hay hoy en día para perfeccionar mis destrezas. También pisaría el suelo pensando que es muy difícil alcanzar la meta y lucharía al máximo por ganarme el puesto y disfrutar cada partido como el último y decisivo: intentar ser feliz volando y parando en «La Catedral de los sueños».

26) ¿Cuál ha sido para ti el mejor portero de la historia?

Como cuento en mi novela en mis años de niño y adolescente mi ídolo era Iribar, portero del Bilbao y de la Selección Española. También me impactó mucho Gordon Banks de la selección inglesa; unos apuntes que llegaron a mis manos con dibujos y fotos de sus paradas fueron fundamentales para mi aprendizaje en el arte de la portería. Yashine, el ruso. Después Miguel Ángel y García Remón, Buyo, Arconada, Zubizarreta, Urruti, Abel, Ablanedo…

27) ¿Y de los actuales?

Todos en general y cada uno en particular son dignos de admiración. Titulares y suplentes. De la élite o los más modestos. No quiero hacer distinciones. Como indico en la creación de esta novela Casillas aparece como mi ídolo por lo que significa para el fútbol español y mundial, ejemplo de dedicación y valía a la vez que modestia y ejemplo para los más jóvenes. Creo que es un portero con muchos valores futbolísticos, por supuesto, pero no cabe duda que admiro más sus valores como persona.  

28) ¿Alguna vez intentaron comprarte?

No, nunca. En esa época ni ahora, no creo que hubiera ni haya ese tipo de sobornos. Éramos muy inocentes como para pensar en esos asuntos y además yo creo que los equipos no tenían sus arcas tan enriquecidas como para andar haciendo chanchullos.

29) Estas soltero, pero has tenido aquí una novia. Cuenta la historia que es muy bonita.

Son historias del pasado pero que continúan en el presente. Más que novia tenía y tengo una gran amiga, Montse. Nos conocimos en Monforte de Lemos y siempre le he estado muy agradecido por lo bien que se comportaron conmigo tanto ella como su familia durante mi estancia en Monforte, Lugo y Pontevedra. Una amistad que perdura con el paso del tiempo, aunque nos separe la distancia siempre hemos estado unidos por caminos distintos. Hay un capítulo en la novela que habla de nuestra maravillosa amistad, a ella se lo dedico.

30) ¿Cuáles son tus proyectos ahora que estás jubilado?

De momento me lo tomo como unas vacaciones, tengo que ir al Colegio todos los jueves cuatro horas. Así que no estoy desconectado de los alumnos, que me viene muy bien después de toda una vida entre adolescentes cuesta desengancharte y pasar de ellos. Eso nunca y aprovecho para dar algún consejo que otro y muchas palabras y gestos de ánimo y de tirar para adelante. Tengo ganas de descansar, viajar y disfrutar de Madrid y de otras ciudades de España. Sigo con mis ilusiones intactas de conseguir un «Número 1» o el que sea con alguna de mis canciones y también disfrutar con mis amigos y familiares de las pequeñas cosas que nos da la vida.

31)  Hacía casi 40 años que no venías a Lugo, ¿cómo has encontrado la ciudad?

La he encontrado completamente cambiada. Venía con una idea preconcebida y bastante equivocada, pensando en aquellos años que nos tocó vivir en una España pobre y estancada en el pasado. Pensaba que era una ciudad, tranquila, conformista, aburguesada… ¡Vaya sorpresa más agradable que me he llevado! He visto una ciudad viva, limpia, cuidada, moderna, llena de energía positiva y más gran ciudad que entonces. He visitado lugares comunes donde solía pasear, alternar, convivir y me he sentido como en casa. Precioso todo, no quiero hacer distinciones. El paseo que di recorriendo la muralla quedará grabado en mi retina y mente mientras viva. El reencontrarme con viejos amigos ha sido una experiencia única y muy gratificante. Muchas gracias por todo, Lugo y sus gentes. ¡Puxa Lugo! ¡Viva Galicia!

32)  Anécdotas

No sé qué contarte aquí, ¡hay tantas!…

– El partido decisivo contra el Naval en Reinosa Santander, el año del ascenso. Me dieron un golpetazo en la rodilla al principio del partido y apenas podía continuar pero me aguanté y Fariña, el defensa me preguntaba constantemente Vita, Vita, ¿estás bien? y yo le decía que sí, no podía fallar y no fallé en el último segundo del partido un balón a la escuadra y me estiré no sé como pude y lo paré… Me lo recordaba el otro día en la presentación el directivo que estaba allí presente en ese partido. Me hizo mucha ilusión. Lo narro en la novela.

– Otra. Me estaba jugando el fichaje por el CD Lugo y estaban los fotógrafos detrás de la portería y me dije para mis adentros, en cuanto tenga la oportunidad me lanzo con todas las ganas  y estilo a por un balón a ver si salgo en la portada de la hoja del lunes… y salí, buena foto.

– Las comidas cuando veníamos de los partidos o íbamos a jugar a Asturias, Cantabria… en Casa Consuelo, Otur, cerca de Luarca.

Nos sabían a gloria esos chuletones de ternera asturiana o esos medallones de merluza del cantábrico… Saciábamos la sed y el hambre; de paso compartíamos nuestras alegrías o tristezas.

– A Manolín no le gustaba que llevara libros en los desplazamientos para estudiar y preparar los exámenes. Fútbol, solo fútbol.

– Cuando nos estábamos jugando el ascenso habíamos jugado en casa, ganamos uno cero y yo estuve bien sin problemas pero en el entrenamiento del martes nada más empezar, dentro del vestuario, Manolín se dirige a mí y me echa un broncazo… yo no rechisté, entendí el mensaje a la perfección y al instante: que no me confiara y ojo al próximo partido… buen entrenador.

– El abrazo que me dio Viesca, cuando jugamos el último partido en Lugo el día del ascenso contra el Arosa con Viesca como entrenador. En el pasillo que nos hicieron como campeones, me dio ese abrazo efusivo diciéndome que se alegraba mucho por mí y que me lo merecía. Me emocioné mucho.

– Estrechar la mano de Di Stefano, la Saeta Rubia en la eliminatoria de Copa del Generalísimo contra el Rayo Vallecano equipo de primera división y jugar contra un equipo de primera.

– Jugar en San Mamés, la Catedral de los sueños;  hay un párrafo en la novela donde lo describo al detalle, minuciosamente, disfrutando en cada palabra de todas las sensaciones y sentimientos que experimenté debajo de los tres palos. Solo por eso valió la pena tener un sueño, perseguirlo y verlo hecho realidad.

Todas estas y muchas más las cuento y las encontrarás en mi novela «La Catedral de los sueños»

 

10401365_496350980496765_6971932905614280078_n